Ubicación: Mangyu, Ladakh
Quién: Varun Narain Mathur (Jefe de la Selva, JungleSutra)
Cuándo: Enero de 2024
India es verdaderamente una tierra de diversidad, reconocida por su riqueza cultural, fortalezas, palacios, templos, mercados vibrantes y festivales, así como por ser el hábitat de tigres. Sin embargo, el paisaje sigue siendo inexplorado por muchos, adornado con montañas cubiertas de nieve y albergando una fauna única como el leopardo de las nieves, el íbice, el lobo tibetano, el lince euroasiático y el formidable oso pardo del Himalaya. Mi reciente expedición en enero me llevó al encantador reino del Alto Himalaya: Ladakh.
Mientras que la mayoría busca el refugio fresco de Ladakh durante los meses de verano, el invierno revela un atractivo diferente, especialmente para aquellos en busca del esquivo «fantasma gris», el leopardo de las nieves. A medida que las temperaturas descienden, la vida silvestre desciende de las elevadas cumbres a altitudes más bajas. El desierto frío de Ladakh se transforma de un marrón apagado a un paisaje invernal de ensueño, donde los valles están adornados con arbustos vibrantes que sirven de sustento para el Oveja Azul, el Uriel de Ladakh, el Argali, el Íbice del Himalaya y una variedad de aves que se alimentan de semillas secas. Los depredadores que siguen a estas presas incluyen al lobo tibetano, al zorro rojo, al lince euroasiático y al muy buscado leopardo de las nieves.
Personalmente, encuentro que los inviernos en Ladakh son el momento óptimo para explorar sus impresionantes monasterios, ríos congelados, lagos y el prístino paisaje cubierto de nieve rebosante de vida silvestre. El menor número de turistas durante estos tiempos gélidos garantiza una experiencia más exclusiva, haciendo que la tierra parezca intacta y prístina, despertando al explorador que llevamos dentro.
Sin embargo, uno debe estar preparado para temperaturas que oscilan entre los -6 y -25 grados Celsius. Para los entusiastas de la vida silvestre, enfrentarse a las nevadas o al frío y seco aire de montaña se vuelve esencial. Dado que gran parte del terreno se explora mejor a pie, cuanto más se camina, más cerca se está de la vida silvestre. Sin embargo, la emoción de avistar al esquivo «Shan» (leopardo de las nieves) o «Shanku» (lobo) y regresar al calor de una habitación calentada con una estufa Bukhari lo hace valer la pena.
El invierno en Ladakh también es un momento en el que los aldeanos tienen menos actividad agrícola, ofreciendo la oportunidad de explorar sus aldeas o escuelas. Presenciar a los aldeanos ocupados en la elaboración de chales, guantes, bufandas y otros recuerdos de lana añade un toque cultural único. Dedica algunos momentos contemplativos en un monasterio, ya que la ausencia de señales móviles e internet proporciona una completa desintoxicación del mundo acelerado.
Si bien el objetivo principal es encontrar al leopardo de las nieves en su hábitat natural, el viaje se transforma en una experiencia ideal para la reflexión personal y la relajación. Acepta una vida más simple, disfruta de los viajes lentos y saborea los momentos de tranquilidad en medio de las maravillas invernales de Ladakh.